Arreolinha

Recientemente, en Twitter, acuñé el término de "Arreolinha", con la siguiente definición:

Arreolinha: Práctica que consiste en responder a un tweet, citándolo por medio de un RT.

Obviamente, el término alude a @federicoarreola, un periodista convencido de que las personas que disienten con él son "porros tuiteros", pagados por el PAN. Aún a riesgo de ser incluido en esta categoría, me parece que, cuando se responde a un tweet, basta con formular la respuesta, a fin de cuentas, en la mayoría de los casos se incluye un vínculo con la leyenda "in reply to" (en respuesta a); sin embargo, el periodista del SDP prefiere hacer un retweet, lo cual, dicen algunos, por simple acumulación de auto-menciones, lo ha llevado a figurar en las listas de tuiteros influyentes en español.

En lo particular, creo que Federico Arreola desconoce las características del medio y ha exhibido un apego malsano por la polémica fácil y estéril. Si no, cómo explicar esa paranoia por los "porros tuiteros" o su fingido ánimo conciliador cuando, después de intercambiar calificativos con alguien, se sale por la tangente con frases como: "sin ofender" o "yo discuto con ideas".

Por otro lado, a pesar de que Arreola considere que su participación activa en Twitter apuntala la estrategia de comunicación de SDP noticias y, por extensión, al proyecto alternativo encabezado por AMLO; sus errores y omisiones lo podrían llevar en sentido contrario. Cabe recordar que la polarización que se vivió previo a las elecciones del 2006, configuraron la campaña que la IP capitalizó en el triunfo panista: López Obrador es un peligro para México.

Qué fácil sería para los periodistas mexicanos darse a entender en esta red social, si antes de ponerse a tuitear, analizaran las aportaciones y formas de comunicar que usan Robert Scoble, Chris Brogan y Pete Cashmore; todos ellos, valga decir, ostentando en sus cuentas el sello de "Verified Account", lo cual es una medida justa para dar credibilidad.

Haciendo paráfrasis a la campaña de AMLO en las elecciones pasadas, "Por el bien de todos", sería adecuado que Federico Arreola reconsiderara su manera de proceder y se alejara de aquella postura ridícula que acaso resume su particular estilo de entablar una conversación en Twitter: Voy a seguir retuiteando, #sechingan.

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