Hugo, de la soberbia al cinismo

Todo mundo puede darse cuenta de la soberbia del entrenador de la selección mexicana de fútbol, Hugo Sánchez; así que se da por descontada esa actitud en un personaje tan egocéntrico. La novedad es el cinismo con el que ahora se maneja. En declaraciones a la prensa, comentó:

"No me gusta utilizar ese término de fracaso, pero es mejor decirlo porque me van a estar preguntando hasta que la diga. Estaba planeando asistir a los Juegos Olímpicos y el no ir es un fracaso. Lamentablemente el no tener esa oportunidad es una dificultad aparte".

En su relación con los medios, H-go siempre ha sido contrastante. Cuando se trata de sonreir a la cámara o recibir el clásico guayabazo, está dispuestísimo; no así cuando justifica sus garrafales errores y culpa a los medios de comunicación, tachándolos de traidores a la patria. Sin embargo, esta nueva faceta donde se pone reflexivo y lamenta el fracaso, se antoja más cinismo que sinceridad. "El macho" no es Enrique Meza, ni Javier Aguirre (¡joder!), así que no se le da mucho eso de la franqueza. Sus declaraciones recientes son para atajar la lluvia de críticas que se le viene, no para corregir, ya que, como él mismo dice, no renunciaría:

"Porque tengo contrato hasta el 2010 y ahí espero que sea mi examen final"

Siguiendo el símil propuesto, habría que decir que, si se tiene una serie de calificaciones reprobatorias, ni siquiera se puede acceder al examen final (los profesores universitarios le llamarían "sin derecho a examen"), y de ahí, derechito a los examenes extraordinarios. Al otrora Niño de Oro poco le importa el examen final, porque tiene otros medios para garantizar su pase automático al Real Madrid. Le basta un par de guiños a la afición, una que otra entrevista para algún medio de comunicación español y, ¿por qué no? donar sus trofeos al Madrid.

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