Hablador emergente

En ReMix México me tocó acompañar a Edgar Parada en el panel de "Desarrollo de Rich Internet Applications". Todo estuvo de maravilla. Mauricio Angulo actuó como moderador de la sesión y propuso una serie de preguntas por demás interesantes, para las cuales Edgar siempre tuvo un ejemplo a la mano. Mi desempeño, sin embargo, no me convenció totalmente, pues estuve siempre preocupado por transmitir un mensaje que quizá no quedó del todo claro: ¡Olvídense de las chaquetas mentales y pónganse a desarrollar!

Creo que la decencia y el recato de Edgar y Mauricio limitaron mi elocuencia, pero, en verdad, me quedé patidifuso con la actitud de "yo desarrollo para micro empresas" o "hay que ajustarnos a los estándares web" que mostró alguna parte de nuestro auditorio que no entendía que la charla giraba en torno a las aplicaciones enriquecidas para Internet y no a su impacto social.

Esto me recordó un pasaje de el Criptonomicón de Neal Stephenson, en el cual, Randy, el nerd informático protagonista de la novela, asiste a una reunión con su novia Charlene y los amigos de ésta. La situación, involucra al Doctor G. E. B. Kivistik, quien para manifestarse en contra de la Superautopista de la Información, de repente lanza una pregunta a la concurrencia: ¿Cuántos barrios bajos se derribarán para construir la Superautopista de la Información?. Un personaje pone en entredicho esa pregunta, siendo acosado por el Doctor G.E.B. Kivistik hasta que Randy interviene en su favor y exclama: La Superautopista de la Información no es más que una puta metáfora! ¡Coño!.

Sigo pensando que, mientras manejemos ese tipo paradigmas de conflicto social, poco podremos avanzar en la adopción de tecnologías, de cualquier ámbito, ya no estrictamente tecnologías de la información. Más se aprende al vuelo, implementando una solución tecnológica, probando sus fallos y virtudes, que repensando cuánto se debe invertir y cómo esto va a afectar el entorno socioeconómico. ¡Connio!

Comentarios

Entradas populares